En el ciclo hidrológico, los cauces de los ríos y arroyos tienen una gran misión, así como en la preservación de ecosistemas y el desarrollo social y territorial, ya que son el medio para encauzar y conducir el agua que precipita y escurre, por lo que proveen a los seres vivos un acceso al agua, alimento, producción, comunicación, etc.
Por encima de los cauces de ríos y arroyos se encuentran zonas de transición entre hábitats terrestres y los acuáticos. Estas franjas de terreno cumplen con un amplio rango de funciones, como mantener el régimen hidrológico e hidráulico de los cauces, estabilidad en las márgenes del rio, regulación de las crecidas para evitar inundaciones y manteniendo un flujo base; así como proteger ecosistemas acuáticos y ribereños de la contaminación, atrapando y filtrando sedimentos, nutrientes y químicos; proteger peces y vida silvestre proveyendo alimento, abrigo y protección térmica; entre otras.
La delimitación de estas franjas de terreno está basada en los criterios aplicados en tres puntos de vista: de gestión de riesgos, zonificación ecológica (ambiental) y de ordenamiento territorial con influencia directa del sistema fluvial.